Trazos urbanos

El Túnel Curvo del Anzuelo

Fue en junio de 1975 cuando, por última vez, se divisó el humo de El Longino, para perderse entre medio de los cerros, haciendo su camino a la pampa, a través del Túnel Curvo del Anzuelo, en plena cordillera de la costa.

Esta obra representa un hito de la ingeniería nacional, al entregar en su época una solución más eficiente a la salida del tren desde Iquique y por el desafío que significó hacer un túnel en curva, con pendiente, usando las herramientas de la época.

Cuando el Estado Chileno decidió construir el ferrocarril de Iquique a Pintados, buscó la manera de poder ganar altura sin usar un zig – zag, optándose por construir un túnel en forma de “U”, el que evitaría tener que invertir las locomotoras.

Fue Giuseppe (José) Reginato Paradissi, quien aceptó este desafío. Nacido en Treviso, Italia en 1861; fue contratado en 1889 por el Gobierno de Chile para la construcción de los túneles ferroviarios de Calera a Cabildo. Continuó su carrera con los túneles de los ferrocarriles de La Serena a Rivadavia (1904), Melipilla a Santiago (1906 -1908) y San Fernando a Pichilemu.

Es así que bajo el nombre de Reginato & Cía, comenzó en Iquique sus trabajos en 1919, construyendo tres túneles en el sector de la Quebrada del Anzuelo para alcanzar la pampa.

El túnel N°1 se ubica en el kilómetro 8,5 y es de 80 metros de longitud en dirección Norte, luego el N°2, de 440 metros de longitud, en curva y subiendo, ubicado en un macizo rocoso al norte del monumento al Marinero Desconocido, al que el tren ingresaba avanzando hacia el Norte, y salía con rumbo Sur; y finalmente el N°3, de 146 metros de longitud, en el kilómetro 11,5 con rumbo Sur. Todos ellos fueron revestidos interiormente con roca canteada, lo que les ha permitido resistir el paso del tiempo.

Sin embargo, el abandono del ferrocarril como medio de transporte y la decisión de concentrar el tráfico por la antigua línea del Ferrocarril Salitrero, hizo que las vías por donde transitaba El Longino fueran cada vez menos usadas, decidiéndose levantarlas en la década del 80.

Hoy, los tres túneles son mudos testigos del paso de El Longino subiendo por aquellos escarpados terrenos de la Quebrada del Anzuelo; siendo visitado esporádicamente por senderistas que, guiados por empresas de trekking, se aventuran por la traza del ferrocarril para visitar estos túneles del siglo pasado.

 

Foto gentileza de empresa www.turismoi.cl

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba