Trazos urbanos

Especias: Aromas y Sabores del Mundo

Un buen aroma despierta un sinfín de sensaciones. Pero cuando esa esencia se impregna en un sabor extravagante al paladar que despierta los sentidos, sin duda, provoca un estallido culinario que es difícil de explicar, más allá del placer de sentir que se saborea una preparación de los dioses.

Y es que las especias, más conocidas como condimentos, tienen la particularidad de otorgar a cada comida un nuevo sentido, resaltando su sabor, color, textura y aroma que alienta a disfrutar de una buena mesa.

En la antigüedad, el uso de las especias era un elemento esencial en el comercio entre tribus. Los fenicios fueron el primer pueblo en establecer un mercado de especias en la ciudad de Tiro, en el Mediterráneo, convirtiéndose en el punto de encuentro de mercaderes de todos el mundo, fortaleciendo además la Ruta de las Especias. Sin embargo, uno de los pueblos que incrementó la compra y venta de estas especias fue Egipto, en el Siglo III A.C.

El comercio marítimo impulsado por los pueblos austronesios del sudeste asiático alentó la presencia de especias en el mundo oriental (Sri Lanka, India y China). Luego, se expandió hacia el Mediterráneo, principalmente, el mundo grecoromano, a través de las rutas romano-india por comerciantes indios y persas. Posteriormente, las especias llegarían a Oriente Medio (península arábiga) y África, mediante el comercio marítimo, convirtiéndose posteriormente en la denominada Ruta Marítima de la Seda.

Así, especias como la canela, casia, cardamomo, jengibre, pimienta negra, nuez moscada, anís estrellados, clavo y cúrcuma, entre otras; comenzaron a expandirse en pueblos, reinos e imperios, durante distintas épocas a través de rutas marítimas y terrestres, transformándose en uno de los tesoros más preciados.

Del mismo modo, y como resultado de estos intercambios marítimos, las epopeyas, idiomas y costumbres culturales fueron tomadas por distintos países, por ejemplo, el sudeste asiático de la India; y más tarde, de China.

Pero lo más singular de este trasvasije comercial y cultural fue la elaboración de platos y el uso de las especias. La comida india llegó al sudeste asiático, en particular a las actuales Malasia e Indonesia, donde las mezclas de especias y la pimienta negra se hicieron populares.

Fue en la Edad Media, a raíz de las Cruzadas y el auge comercial, que las especias dejaron de ser un lujo para unos pocos y estuvieron al alcance de todos los bolsillos, transformándose en un ingrediente común de la cocina medieval.

En esa época, cobró relevancia el uso de la pimienta, jengibre y azafrán, para aportar nuevas sensaciones sápidas a los alimentos. De hecho, las primeras salsas surgieron en la época medieval, como la “Salsa Cameline”, elaborada con especias como jengibre, macis, canela y pimienta, entre otros ingredientes; para acompañar las carnes o marinar los embutidos.

A raíz de nuevas expediciones marítimas y el descubrimiento de otros mundos, se incorporaron nuevas especias, generando una revolución culinaria que permanece hasta hoy.

No en vano, en distintos países del mundo, se puede degustar de la fabulosa gastronomía de la India, China, México, España, Grecia, Marruecos, Tailandia, Francia, Italia, Chile, Perú, Egipto y de Oriente Medio, entre otros… una buena mesa de cocina tradicional y una exquisitez para el paladar que, gracias a las especias, resume en un solo bocado los aromas y sabores del mundo.

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