Trazos urbanos

Día Nacional de las Cantineras

Mujer, madre, esposa, amiga y compañera.

Fueron cerca de cien mujeres, quizás más, las que voluntariamente se alistaron en las tropas chilenas para acompañar a sus maridos, hermanos o hijos en la Guerra del Pacífico.

Y el rol que cumplieron en cada batalla fue encomiable, como mensajeras de un regimiento a otro, entregando alimentos a los soldados, asistiéndolos y cuidándolos cuando estaban heridos, escribiendo las cartas para enviarlas a las familias, entregando una palabra de aliento al soldado para que pudiera descansar en paz en su lecho de muerte; incluso, hasta tomar el fúsil para pelear en la batalla.

Es por ello que la publicación de la Ley 21.466 que declara el 27 de noviembre como el “Día Nacional de las Cantineras”, reconoce esa labor silenciosa, pero valerosa que llevó a estas mujeres a entregar su vida por amor a sus seres queridos y por amor a la Patria.

En nuestra Región de Tarapacá, hay dos insignes cantineras que apoyaron a las tropas en las batallas libradas en este territorio. Una de ellas fue Filomena Valenzuela, cuyo nombre está presente en una de las calles de la Península de Cavancha.

Otra de las cantineras fue María Rojas Moya, cuyos restos descansan en paz en el antiguo cementerio de Pisagua, a quien dedicamos este reconocimiento, contando su historia.

“Con sólo 16 años, me enrolé en el Ejército, en el Regimiento 4º de Línea, en la segunda compañía del Primer Batallón. Pero no fue fácil para mí, porque era mujer y lamentablemente en ese tiempo no era bien visto que una señorita estuviera en el regimiento.

Pero como somos mujeres chilenas y porfiadas, decidí que quería estar ahí, para ser un aporte. Me aceptaron y me dieron un grado de cantinera, pero me asignaron un nombre: Pedro María Rojas.

Corría el año 1879 y nos vinimos al puerto de Antofagasta. Luego nos embarcamos en un transporte de guerra con rumbo a Pisagua. Llegando al lugar, se verificó el primer combate de nuestro Ejército contra los peruanos, donde triunfamos con la toma de Pisagua. Seguimos rumbo a Dolores por tierra, no habiendo en el  pueblo ninguna novedad. De Dolores nos trasladamos por tierra a San Francisco y ahí nuevamente nuestro Ejército salió vencedor.

Retornamos a Pisagua y desde ahí nos embarcamos en un transporte con rumbo al puerto de Ilo en Perú. Desembarcamos y nos fuimos al Campo de la Alianza, para continuar viaje al puerto de Arica.

Llegando a Arica, vivimos una tremenda batalla, muy triste, donde murieron muchos de mis compatriotas.

Como no recordarlo… aún lo tengo en mi memoria. El Mayor José San Martín tirado en el piso y todos mis compañeros luchando. Fue una gran tristeza, una gran pena. Pero había que seguir, así es que nos fuimos rumbo a Caleta María, donde desembarcamos y continuamos viaje por tierra al puerto de Ica. En ese lugar tomamos el tren hasta Tambo de Mora y luego a Lima, donde se libraron grandes batallas: Chorillos y Miraflores, y donde el Ejército chileno obtuvo nuevas glorias.

Después de las batallas, ingresé a la ambulancia para curar a los heridos. Al poco tiempo, se nombró una comisión para llevar a los heridos al sur, y partí a Valparaíso en el vapor Amazonas.

Cuidé a los enfermos por poco tiempo, porque ya estaba cansada y quería hacer mi vida.

Volví donde todo empezó, a Pisagua. Viví en la calle Esmeralda 315. Nunca me casé, no tuve hijos, pero lamentablemente los años pasan. Jamás pedí dinero al Ejército. Pero el tiempo es inminente, estoy envejeciendo y mi situación económica ha empeorado.

El 15 de septiembre de 1924, elevé una solicitud al Gobierno de Chile.

Tuve que traer testigos y algunos Veteranos del 79, gentilmente, vinieron a apoyarme. Lamentablemente, la pensión nunca llegó.

Estoy cansada, ya necesito descansar…”

Un día 11 de octubre de 1931, en Pisagua, la Cantinera María Rojas cerró sus ojos para nunca más despertar.

 

Nota de la editora:

Relato extraído de la presentación realizada por la Agrupación Histórica Patrimonial Teniente Coronel Adolfo Holley de Antofagasta, en el marco del proyecto “La Ruta de la Guerra del Pacífico” año 2021, del Centro Cultural Doña Vicenta y financiado por el Gobierno y Consejo Regional de Tarapacá.

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