Opinión

Desafíos e Innovación, ¿Protagonistas o Espectadores?

Gustavo Orrego

Para la RAE, Innovación es la acción y efecto de innovar, que supone un cambio, mejora, novedad, originalidad, invención o perfeccionamiento. También es la creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado.

Pero la innovación no se decreta. Para Singapur han sido 30 años que ha requerido para formar una política de innovación que, según los expertos, se puede resumir en dos categorías:

1.- “Políticas de innovación basadas en la creación de oferta. Su objetivo es crear infraestructuras y realizar inversiones que estimulen la innovación”.

2.- “Políticas de innovación para generar demanda. Con ellas se tiende a facilitar la adopción de nuevos productos y servicios y mitigar así el riesgo de desarrollarlos”.

Para lograr lo anterior, se requiere unos vínculos estrechos entre empresas, emprendedores e inversores de riesgo. Por lo tanto, la primera tarea es identificar esos actores.

Asimismo, el modelo de Singapur identifica los “Lead Users” que son “Usuarios que tienen necesidades más avanzadas que las del usuario medio, que van por delante de las tendencias de su mercado, y que son propensos a innovar debido a que se beneficiarían de forma significativa de la aparición de soluciones a sus necesidades.”

En el caso de Tarapacá, estos usuarios los podríamos encontrar en la Minería o en la Logística y sus empresas proveedoras. Por cierto todas ellas requieren de energía en sus procesos.

Ahora bien, siendo la energía un bien escaso y valioso, lo referido al Hidrógeno Verde adquiere relevancia si queremos aumentar y diversificar nuestra matriz productiva. La forma de obtener hidrógeno verde se logra después de un proceso de electrólisis que, en Tarapacá, puede ser impulsada con energías renovables como la eólica o la solar, algo que tenemos de sobra.

Así todo, creo que es posible complementar la matriz energética de la región dentro del Sistema Interconectado del Norte Grande, y con ello, abaratar los costos energéticos y, por consiguiente, aumentar la competitividad de la minería o la industria local.

La posibilidad de disponer de energía abundante y sustentable, mejoraría la calidad de vida y la seguridad de los habitantes en Tarapacá. Demás está decir cómo impactaría a aquellos  que viven en el  “interior” o en el “borde costero” de la región. Seguramente conllevaría una mejora en los servicios y posibilitaría un aumento en las iniciativas turísticas.

Pero lo más relevante está por venir, con la inevitable llegada de la inteligencia artificial y los robots con aplicaciones industriales, como la minería y la logística que impulsarán un dinamismo en la gestión, producción y dirección de los negocios.

Algunos ganaran y otros perderán durante este proceso, pero las grandes empresas ya no sólo buscan automatizar ciertos procesos, sino que apuestan por la automatización inteligente. La idea es que las máquinas no sólo sean autónomos, sino que deben ser capaces de seleccionar, resolver y gestionar los datos de forma inteligente.

Estos cambios obligarán a las Universidades o Institutos a revisar sus planes de estudios, además de replantear su oferta académica a partir de las demandas de un mercado dinámico y cambiante.

Pero no todo será alta tecnología, el rol de la inversión pública en infraestructuras resultará gravitante para el desarrollo de negocios relacionados con la logística o el turismo, tal como ocurrió en su momento cuando la Corfo crea la empresa pública Hotelera Nacional Sociedad Anónima (HONSA) en 1944;  y cuyo objetivo era “promover el turismo en todo el país, construyendo los principales hoteles y hosterías en todas las regiones.”. Algunos hoteles construidos por esta iniciativa fue la Hostería de Arica, Hotel El Paso de Arica, Hotel Prat de Iquique, Hostería Cavancha de Iquique y la Hostería de Pica, por decir algunos.

Está iniciativa pública generó una oferta inexistente, pero determinante para la posterior demanda que fue completada por la iniciativa privada. Otro ejemplo en este sentido fue LAN CHILE que impulsó de forma definitiva el transporte aéreo en el país.

La presencia pública no está ajena al proceso de innovación. De hecho, el Gobierno de Singapur se  ha focalizado en el “gasto público clave en infraestructuras esenciales”, cuyo objetivo es mejorar los sistemas de gestión de tráfico terrestre, aéreo y marítimo, transporte público, alumbrado público inteligente y proyectos urbanos con sustentabilidad ambiental.

Este tipo de experiencia podría replicarse para el área metropolitana de Iquique-Alto Hospicio. Un viaje tecnológico de nuestras autoridades, académicos y empresarios para visualizar estas experiencias, resultaría a lo menos provechoso.

Entonces, algunas de las preguntas que surgen son: ¿Qué se está haciendo en Tarapacá en materia de Inteligencia Artificial o robótica?, ¿Qué dicen las universidades locales al respecto?, ¿Cómo está abordando la minería estos desafíos?, ¿Qué dice el sector logístico al respecto?, ¿Qué proyectos están realizando las universidades locales con los sectores productivos de la región?; y quizás lo más importante… ¿Están los planificadores del sector público al tanto de los grandes proyectos que se están desarrollando en la región?

En Tarapacá tenemos empresas cuyo empuje, excelencia e innovación ha sido objeto de reconocimientos y premios, algunos de ellos internacionales, como es el caso de Bailac, Fundición Neptuno o GAA, por mencionar algunos. Pienso que esa experiencia debe ser conocida, reconocida y difundida.

Hoy la región está frente a una revolución industrial en curso y el espacio está siendo ocupado por la Inteligencia Artificial y la robótica. ¿Qué queremos ser, protagonistas o espectadores?

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