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El 2016, vestida como Cantinera de la Guerra del Pacífico y acompañada con el historiador Wilfredo Santoro Cerda, dejaba en la oficina de partes de la Presidencia Nacional una carta que expresaba la necesidad de reparar la omisión histórica de más de 140 años en que se encontraban las féminas que, de una u otra manera, tuvieron participación durante la Guerra del Pacífico (cantineras, soldados, enfermeras, camaradas, vivanderas, costureras, etc.)
Adjuntaba cartas de apoyo de la Agrupación Los Viejos Estandartes® Antofagasta, el Consejo Patrimonial de Mejillones, el Colectivo Sociocultural Antofapatrimonial, el Centro de Investigación Isaac Arce Ramírez, el Consejo de las Culturas Antofagasta, la Agrupación Cultural Caminantes del Desierto y el creador del cómic de la Guerra del Pacífico Pedro Corvo, René Torres Cornejo.
En el Siglo XIX, las mujeres sólo estaban adscritas al espacio privado y doméstico. Aun así decidieron dejar esa relativa tranquilidad y aventurarse al rechazo e incomodidades que significaba estar en el campo de batalla. Muchas asumieron más carga laboral en los campos de siembra, en ausencia del familiar que fue reclutado como soldado para partir al norte; otras dispusieron su tiempo y dinero en organizarse y fundar y mantener orfanatos, hospitales de sangre, actividades de beneficencia, durante y después de terminada la guerra.
Recordemos que una buena parte de la tropa sobreviviente regresó enferma, herida, mutilada, trastornada o alcohólica; y quienes se dedicaron a contener, curar, sanar, soportar tanto física como emocionalmente a estos hombres fueron, precisamente, las madres, esposas o hijas, quienes sin dejar de lado los otros roles antes mencionados, continuaron asumiendo responsabilidades sin saber cómo, sólo con mucho amor, fortaleza y abnegación.
Aquella carta del 2016 y tras 6 años de gestión, dieron como resultado el Día Conmemorativo, 27 de noviembre; reconocimiento anual a la mujer oficial, suboficial y civil de planta de las FF.AA. que representa el espíritu de la Cantinera en el Siglo XXI, romerías en las tumbas de las Cantineras identificadas, sala de exhibición sobre la participación de la mujer en la Guerra del Pacífico y escultura de la cantinera Irene Morales Galaz (Museo Histórico Militar), instalación de una gigantografía histórica sobre las cantineras en la estación del metro Lo Ovalle, designación con un nombre representativo de cantinera en las enfermerías de las unidades militares del Ejército de Chile.
Las organizaciones históricas nacionales civiles preparan diferentes actividades conmemorativas (ceremonias, exposiciones, rutas, etc). A nivel educacional, sólo hemos logrado que la Seremi de Antofagasta incluya el 27 de noviembre como efeméride regional en los establecimientos educativos, dejando a libre albedrío la realización de alguna actividad interna.
Este 2024 estaremos participando de una ceremonia organizada por la Asociación Histórica de San Carlos, Ñuble; una ceremonia en el Regimiento de Infantería Nº 9, Chillán, un diálogo histórico con la Universidad de Talca, una entrevista en Radio Naval y una ruta histórica por el Cementerio General de Santiago y la romería a la cantinera del Atacama, Matea Silva, quien descansa en el Cementerio General de Antofagasta.
Sabemos que falta mucho por hacer y lograr la transversalidad de la conmemoración del Día de la Cantinera (erigir sus monumentos, memoriales, recuperar sus nombres e instalarlos en las calles y avenidas del país, incluir sus historias de abnegada solidaridad y valentía en los programas de estudios desde la primera infancia).
Mientras, sigamos sembrando, para dignificar a aquellas invisibilizadas, las quemadas, las martirizadas, las prisioneras, las olvidadas, las sin tumba, las no registradas, las nunca fotografiadas. Es justicia.