A 33 años del descubrimiento de la fosa de Pisagua, aún pervive la memoria
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Uno a uno fueron nombrados y, al mismo tiempo, un clamor general lanzó al viento la palabra “Presente”, y donde los cerros y el mar fueron los únicos testigos del devenir de quienes fueron asesinados en el ex campo de concentración de Pisagua durante la dictadura militar.
Es por ello que el pasado domingo 4 de junio, familiares sobrevivientes, amigos e invitados se reunieron en aquel histórico puerto, en un acto conmemorativo al cumplirse 33 años del descubrimiento de la Fosa de Pisagua (2 de junio de 1990), y donde fueron hallados los cuerpos de 19 prisioneros políticos.
La actividad, organizada por el Partido Socialista (PS), Secretaría Nacional de DD.HH. del PS, Comité Central Regional Tarapacá y la junta de vecinos de Pisagua, se transformó en un espacio íntimo para rendir honores a quienes ya no están, pues pese al tiempo transcurrido, aún permanecen en la memoria los nombres de quienes fueron secuestrados, torturados, degradados y asesinados durante la dictadura militar; mientras que otros aún continúan como detenidos desaparecidos.
Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Pisagua fue utilizado como campo de concentración, donde fueron recluidos los detenidos que trajeron desde Iquique y otros lugares del país, quienes de prisioneros políticos pasaron a ser prisioneros de guerra.
Tal como reza en el memorial cercano a la fosa, en Pisagua “…se humilló la dignidad de hombres y mujeres. Aquí se torturó y se cometió genocidio político en contra de seres indefensos, que sólo tenían la fuerza y convicción de sus ideales”.
Hallazgo
Tras una denuncia por inhumación ilegal de la Vicaría de la Solidaridad ante el Juzgado de Pozo Almonte el 31 de mayo de 1990, el juez Nelson Muñoz ordenó las diligencias que permitieron el 2 de junio de 1990 hallar en el sector norponiente del cementerio de Pisagua, una fosa común donde fueron arrojados los prisioneros tras ser fusilados, cubriéndolos con cal y tierra.
El descubrimiento de la fosa no sólo fue cruento, sino que permitió develar una verdad a nivel nacional e internacional que, en esos años, muchos negaban: el hecho que los prisioneros fueron fusilados por orden de consejos de guerra ilegales y el argumento de falsas fugas para justificar estos crímenes, como lo ocurrido en enero de 1974, donde se dio libertad a seis personas sin militancia política, dejándolos en la carretera, pero nunca llegaron a sus casas. Sin embargo, sus cuerpos fueron encontrados entre los cadáveres de la fosa.
En esta fosa de 11 metros de largo, 2,10 metros de ancho y 2 metros de profundidad, se hallaron los cuerpos de:
Juan Calderón Villalón
Marcelo Guzmán Fuentes
Luis Lizardi Lizardi
Julio Cabezas Gacitúa
José Córdova Croxatto
Humberto Lizardi Flores
Mario Morris Barrios
Juan Valencia Hinojosa
Germán Palominos Lamas
Nelson Márquez Augusto
Alberto Yáñez Carvajal
Luis Toro Castillo
Manuel Sanhueza Mellado
Orlando Cabello Cabello
Nicolás Chanez Chanez
Juan Mamani García
Luis Manríquez Wilden
Hugo Martínez Guillen
Juan Rojas Osega
Además, en la fosa se encontró una bolsa con restos óseos fragmentados, los cuales después de muchos años fueron periciados, determinándose que correspondían al gendarme Isaías Higuera Zúñiga, y fueron entregados a su viuda en una urna sellada.
Sin embargo, a 50 años del golpe militar aún persiste el dolor por quienes fueron ejecutados en Pisagua y sus cuerpos aún no aparecen. Hoy su recuerdo permanece vivo como detenidos desaparecidos de la dictadura:
Nolberto Cañas Cañas
Juan Jiménez Vidal
Michel Nash Sáez
Rodolfo Fuenzalida Fernández
Juan Antonio Ruz Díaz
José Sampson Ocaranza
Freddy Taberna Gallegos
Manuel Araya Zavala
Henry Torres Flores
Es por ello que durante el acto conmemorativo, Juan Carlos Zavala, organizador de la actividad, entregó un sentido mensaje junto con los honores a cada uno de los ejecutados políticos del ex campo de concentración, agradeciendo “a todos los detenidos desaparecidos, presos políticos, exonerados y relegados políticos, a todos ellos muchas gracias por la lucha, por el trabajo y por la recuperación de la democracia”.
Y aquel gesto de agradecimiento se vio coronado durante la tarde con un acto cultural, a través del baile del conjunto folclórico Vicente Hurtado, el cantante Harold Hurtado y Quilapayún que, en una majestuosa interpretación musical de sus temas de antaño, revitalizó los corazones de los asistentes, haciendo resurgir la convicción de que “el pueblo unido jamás será vencido”; y la reflexión de que el pasado es como la memoria perdida, ya que cada vez que intentamos negar la historia, necesariamente, la despojamos de su esencia y ésta cae en el más absoluto olvido.
Sin embargo, el recuerdo de quienes perdieron la vida en el ex campo de concentración de Pisagua, permanece vivo y presente en la memoria colectiva, evocando la grandeza de sus espíritus.