Trazos urbanos

Caleta Buena, un puerto olvidado

Al recorrer Tarapacá, su territorio siempre nos sorprende… como los parajes del borde costero norte que surgen gracias a la Cordillera de Costa, y cuyos faldeos se funden con las aguas del Océano Pacífico.

Y es en aquel paraje donde se emplazó el otrora puerto de Caleta Buena.

“Puerto menor de Caleta Buena, importante durante el auge del ciclo salitrero tarapaqueño. Se mantuvo activo entre 1881 y 1929.

Un incendio y un aluvión sellaron el destino de Caleta Buena, una localidad que surgió de la mano de la industria del salitre.

Famosa por sus andariveles y su funicular que recorre su farellón costero por 740 metros, con una inclinada pendiente, supo del ingenio y la destreza de hombres”.

Así reza en una placa de julio de 2021 ubicada sobre piedras en el borde del farellón costero, quizás como parte del testimonio de quienes vivieron o conocieron de cerca este lugar, pueblo que vivió al son del traslado de nitratos proveniente de las oficinas salitreras de distintos cantones, para ser embarcado en el puerto de Caleta Buena.

Hoy los únicos testigos de ese grandioso pasado es un viejo árbol seco; y a unos pocos metros, el cementerio.

Muchas de sus tumbas yacen semi erguidas bajo un inclemente sol; y otras destruidas por el vandalismo de algunos inescrupulosos que no respetan el valor del patrimonio histórico y cultural… ni siquiera el descanso eterno.

Quizás, aquellas viejas cruces con una corona de flores de hojalata sean el vestigio que permita recordar que allí están los restos de hombres, mujeres, niños y niñas que poblaron aquel rincón del territorio de cara al Pacífico, soñando un futuro mejor y esperanzados en que su paso por esta tierra daría frutos para que Caleta Buena fuera un gran polo de desarrollo; y no un puerto olvidado y sumido en el abandono.

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