
Para efectos de la presente columna entenderemos como “Medio Oriente” u “Oriente Próximo”, como aquella porción de Asia que une Eurasia y África; y que colinda con el Mediterráneo por el oeste y el Océano Indico por el este.
Conforme a lo anterior, los países que encontramos en dicha área son: Turquía, Siria, Líbano, Irán, Irak, Jordania, Israel, Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Qatar, Bahréin, Yemen y Egipto.
La importancia de la región tiene varias dimensiones:
1.- Desde el punto geoestratégico, podemos destacar en su frontera noroeste, los Estrechos del Bósforo y de los Dardanelos que separa Turquía de Europa (Balcanes); y que representa un cuello de botella para la Armada Rusa estacionada en el Mar Negro (ver guerra en Ucrania).
Por el norte limita con el Mar Negro y el Cáucaso, zona rica en gas y dominada por disputas territoriales de Azerbaiyán, Armenia y Georgia, donde Rusia actúa como juez y árbitro, (y cercano a Chechenia)
En la parte oriental destaca la frontera de Irán (Persia) con Pakistán (potencia nuclear) y la importante zona del Golfo Pérsico (tránsito de petroleros a Europa y China), que sólo está separado del Océano Indico y de la India por el estrecho Ormuz.
Hacia el Oeste destaca el Mar Rojo que separa Arabia Saudita de África (Egipto, Sudan, Eritrea y Somalia), con dos puntos estratégicos de control, el estrecho de Adén y el Canal de Suez. Este último con un tránsito naviero de casi 21.000 barcos, aportando al erario egipcio en el año 2021, más de 6.300 millones de dólares.
2.- Desde el punto religioso, destacan las ciudades de Jerusalén y La Meca, además de los innumerables puntos sagrados, reconocidos y mencionados por la Torá (Judía), la Biblia (Cristiana) y el Corán (Islam).
Ahora bien, siendo el Oriente Próximo una región donde predomina la religión musulmana, también es cierto la existencia de dos ramas principales: la sunita u ortodoxa, integrada por seguidores de los sucesores de Mahoma; y los Chiítas, seguidores del yerno de Mahoma. Sus diferencias son doctrinales y políticas.
Arabia Saudita es la principal potencia sunita, que es la rama mayoritaria en países como Afganistán, Pakistán, Jordania, Kuwait, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Catar, Libia, Turquía y Siria. Su influencia supera el área del Oriente Próximo.
Por su parte, los chiíes representan aproximadamente un 15% de los musulmanes y son mayoritarios en Irán, Azerbaiyán, Irak, Bahréin y el sur del Líbano; y con minorías en Siria, Afganistán y Pakistán. Sólo a modo de comentario Sadam Hussein era sunita en un Irak de mayoría chiíta.
3.- En el Medio Oriente podemos encontrar a varios países miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), tales como Irán, Irak, Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, Omán, Qatar y Bahréin, que son grandes productores de Petróleo y Gas, no son miembros de la OPEP. Recordemos que la OPEP maneja el valor del Petróleo y sus medidas impactan en la economía mundial (crisis económica internacional de 1973).
4.- Desde el punto militar, destaca Israel que dispone, posiblemente, del mejor ejército del Medio Oriente, además de contar con armamento nuclear (Dimona-Neguev). Por otro lado está Turquía, miembro de la OTAN y que cuenta con el ejército más numeroso de dicha organización, sólo superado por EE.UU.
Otro caso es Arabia Saudita, que teniendo un pequeño ejército, dispone de los sistemas de armamentos más sofisticados que se pueden comprar a EE.UU., Europa e incluso China.
En el caso de Irán, dicho país cuenta con las fuerzas armadas “activas” más numerosas del medio oriente, aunque escasas de armamento moderno, destaca en el desarrollo en drones y su “programa nuclear”, objeto de sanciones de EE.UU. Mención especial el caso de Egipto, cuyas fuerzas armadas “son las más grandes en el continente africano, en el mundo árabe y una de las más grandes del mundo”.
5.- De los conflictos actualmente vigentes en la región, se puede señalar: La Guerra Civil en Siria, cuyo gobierno es apoyado por Irán y Rusia; la Guerra Civil de Yemen, donde los bandos son apoyados por una parte por Arabia Saudí y por la otra por Irán. También está la guerra contra los restos de ISIS en territorio Sirio e Iraquí; el conflicto del Kurdistán de especial interés para Turquía; y el conflicto Palestino-Israelí.
6.- Por otra parte, la suscripción del “Acuerdo de Abraham” entre Emiratos Árabes Unidos e Israel (2020), la política para Benjamín Netanyahu (primer ministro israelí) para aumentar los asentamientos en territorios conquistados durante la guerra de 1967 se atenuó, ya que la normalización de ambos países ponía ciertas condiciones relacionadas con el tema palestino.
7.- Una variable nueva que se incorpora a lo señalado es el Acuerdo de Paz entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel del año 2020, o también conocido como los “Acuerdos de Abraham” (en honor al patriarca de las tres principales religiones abrahámicas del mundo: judaísmo, cristianismo e islamismo). Este acuerdo fue promovido por Donald Trump, quien además logró que Bahréin, Sudán y Marruecos normalizaran sus relaciones con Israel.
La importancia del “Acuerdo Abraham” radica en la posibilidad de un acuerdo similar entre Israel y Arabia Saudita. No debemos olvidar que Arabia Saudita (sunita) mantiene algunas disputas con Irán (chiita) en varios ámbitos geopolíticos, siendo el más tangible la guerra civil en Yemen. Esto a pesar que restablecieron relaciones diplomáticas en marzo de este año, gracias a las gestiones del Gobierno Chino, principal comprador de petróleo de ambos.
Por lo tanto, un acuerdo entre los saudíes e israelíes tendría una profunda repercusión en el medio oriente y aumentaría el aislamiento de Irán. De ahí que algunos analistas especulan que el reciente ataque de Hamas, que es apoyado por Teherán, del pasado 7 de octubre tendría por objetivo sabotear un posible acuerdo y profundizar el conflicto palestino para aumentar la brecha existente entre Israel y los países árabes, cuyos ciudadanos simpatizan con la causa palestina.