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Luego de 143 años de omisión histórica y de seis años de trabajo intenso con los parlamentarios de gobierno, las Cantineras de la Guerra del Pacífico han vencido al olvido mediante la Ley 21.466, que estable que cada 27 de noviembre se conmemore el Día Nacional de las Cantineras, en homenaje a la participación de la mujer en la conquista del desierto.
Si bien sabemos que el término Cantinera encierra a un grupo determinado de mujeres que oficialmente fueron aceptadas a ocupar esta plaza en la campaña de 1879, el espíritu de esta ley tiene como base dignificar a cada fémina que cumplió diferentes roles durante este periodo.
No podemos olvidar a aquellas que debieron suplir la ausencia del trabajador y sostenedor de la familia que partió al norte. Además de continuar con la crianza de los hijos, las mujeres tomaron el azadón y demás obligaciones para continuar con la mantención del hogar.
Las mujeres de clase alta no se quedaron atrás y siendo grandes filántropas y lideresas, organizaron a sus pares para diferentes actividades, por ejemplo, la confección de uniformes militares, bordados de estandartes y escarapelas, elaboración de vendajes y recolección y organización de libros para montar bibliotecas móviles que fueron enviadas a las tropas. También llevaron a cabo rifas de beneficencia para la obtención de recursos económicos y crear y mantener a los hospitales de sangre y orfanatos.
Ya en plena guerra, las “vivanderas” o “vianderas” se desplazaban junto a la tropa para ofrecer sus alimentos y servicios varios.
El grupo más invisibilizado y no menos importante fue el de las mujeres prostitutas, a quienes también se les permitía su presencia por razones que no son necesarias explicar.
Aquellas féminas que decidieron quedarse con los suyos en batalla, luego que oficialmente las Cantineras fueran desmovilizadas pero siguieron cumpliendo funciones como tal, se les llamó “camaradas”.
Nombres más, nombres menos, lo indudable es que las mujeres cumplieron un papel fundamental durante y después de terminado el conflicto.
Recuerden que los soldados que sobrevivieron y regresaron a sus hogares, no lo hicieron sanos ni física ni sicológicamente. En aquella época no existía la contención emocional ni tratamientos siquiátricos para superar lo que hoy se diagnostica como “síndrome post traumático”. Por lo tanto, la mujer debió seguir trabajando el doble, sembrando y cosechando, criando y, además, tratando de contener y acompañar a su familiar inválido o fuera de sus casillas.
Es por eso que este 27 de noviembre recordamos y honramos la memoria de todas aquellas valientes y aguerridas, atentas y serviciales, abnegadas y sacrificadas, altruista y líderes y, sobre todo, amables y dulces, quienes con sólo una sonrisa podían hacer olvidar el dolor del moribundo. Porque la Cantinera y Camarada de la Guerra del Pacífico lleva todas las cualidades de la mujer chilena:
Lleva el valor que es el mismo ante la batalla y ante la miseria.
Lleva la ternura que es la misma ante un hijo que sonríe o ante un soldado que recuerda.
Lleva la sabiduría que es la misma ante una emboscada o ante los prejuicios que la mantuvieron prisionera.
Lleva la medicina, que es la misma que cura en casa, saca las balas de la conciencia.
Lleva el dolor que es tan igual a cuando la dejaron, que cuando se despide a un camarada en la trinchera.
El Día de la Cantineras es un acto de justicia y que todo Chile debe resguardar y proyectar, para que quede como un hito histórico que nos llene de orgullo.
Honremos el sacrifico de María, Rosa, Leonor y Susana, quienes murieron junto al Comandante Eleuterio Ramírez; y a todas aquellas que no les importó vestir de hombre, tomar un fusil o una vendaje, sin pedir ni recibir nada a cambio, porque su espíritu siempre fue de servicio y amor al prójimo.
Finalmente, podemos decir que las cantineras fueron las precursoras y ejemplo de las féminas que hoy deciden seguir carrera en pro de la defensa del país. Su ejemplo ha traspasado el tiempo y ha de ser perpetuado a través de aquellas que hoy visten gallardas y orgullosas el uniforme de las diferentes Fuerzas Armadas y Orden.